BIOGRAFIAS DE PERSONAJES CELEBRES


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La dama de la lámpara   Florence Nightingale (1820-1910)


Hija de una familia terrateniente adinerada, de Hampshire, nació en 1820. Su padre, William Nightingale de Embly Park, un Unitario estaba involucrado en el movimiento contra la esclavitud y era un fiel creyente en que las mujeres, especialmente sus hijas, deberían obtener una educación. Ella y su hermana aprendieron Italiano, Latín, Griego, Historia y Matemática de su padre y su tía, así como de otros tutores.

La madre de Florence, Fanny Nightingale, también provenía de una familia fielmente Unitaria. Ella era una mujer dominante que estaba primordialmente preocupada con la búsqueda de un buen marido para su hija. Por ello, se molestó ante la decisión de Florence de rechazar a varios proponentes de matrimonio.

Cuando Florence cumplió diecisiete se sintió llamada por Dios para enfrentar alguna gran causa desconocida. A los veintitres años, dijo a sus padres que quería convertirse en una enfermera. Y se encontró con una sólida oposición de ellos, ya que la enfermería se asociaba con mujeres de clase trabajadora.

No fue sino hasta que el Lord Houghton casó con otra en 1851, que Florence recibió permiso para entrenarse como enfermera. Florence, entonces de treinta y un años, se fue a trabajar al hospital Kaiserworth en Alemania

En su diario, ella explicó porqué decidió no aceptar la oferta de matrimonio de Richard Moncton Milnes.

Yo tengo una naturaleza, moral y activa que requiere satisfacción y eso no encontraría en la vida de él. Yo podría sentirme satisfecha si pasara la vida con él combinando nuestros diferentes poderes para lograr un gran objetivo. Yo no podría satisfacer esta naturaleza pasando la vida con él, en compromisos sociales y organizando las cosas domésticas.

En 1852 ella escribió, pero nunca publicó:

Se supone que las mujeres no deben tener una ocupación suficientemente importante para no ser interrumpida...Ellas se han acostumbrado a considerar la ocupación intelectual como un pasatiempo egoísta, y es su "deber" dejarlo, para atender a cualquiera más pequeño que ellas.

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