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Vicente
Ferrer nació en Barcelona (España) el 5 de mayo de
1920 y su infancia transcurrió entre Barcelona y
Gandía. El 36 trajo la guerra y Vicente fue llamado a
las filas republicanas, a la Quinta del Biberón, con
tan sólo 16 años. Al terminar la guerra comenzó los
estudios de derecho, pero con la firme determinación de
descubrir el camino a seguir para responder a su
vocación: ayudar a los demás (pobres, discriminados,
enfermos...). Encontró en la Compañía de Jesús una
organización que le atrajo por su imagen de heroicidad,
sabiduría, grandes ideales y lucha por un mundo mejor.
Con la ilusión de cumplir fielmente sus principios,
abandonó los estudios e ingresó en la orden. |
Su acción da los
primeros frutos. 1952-1968
El 13 de febrero de 1952, Vicente Ferrer llegó a Mumbai como
misionero jesuita.
Pese a que su cometido era acabar su formación espiritual, en su
primera misión en Manmad, decidió salir a conocer a las gentes,
saber de sus necesidades y ganar su confianza, tratando de dar
solución al sufrimiento de los más pobres. Para ello puso en
marcha entre los campesinos un singular sistema de trabajo, que
despertó las conciencias y generó un gran movimiento de
solidaridad. “El milagro de dar” consistía en una pequeña
ayuda económica y el asesoramiento técnico necesario para
obtener agua para los cultivos. Si al finalizar cada campesino
devolvía lo prestado (sin intereses), el milagro se iba
extendiendo entre toda la comunidad.
Desde sus comienzos puso en práctica procedimientos tales como
organizar pequeñas cooperativas para la excavación de pozos,
canalizaciones para el abastecimiento de agua, bancos de semillas,
pequeñas parcelas de regadío, etc.
Al mismo tiempo Ferrer trabajó en la construcción de servicios
comunitarios y, gracias a la cesión de unas tierras, levantó dos
escuelas, un hospital y dos hostels para residencia de alumnos,
que eran ya casi un millar.
Tiempos difíciles. 1968-1969
La simpatía que despertaba la labor de Vicente Ferrer entre los
campesinos generó suspicacias entre algunos sectores dirigentes,
que veían en él una amenaza a sus intereses.
La publicación de un artículo en el Illustrated Weekly, el
semanario de mayor difusión de India, bajo el título “La
revolución silenciosa” fue el detonante de la orden de
expulsión que recibió el 27 de abril de 1968, dándole 30 días
para abandonar el país.
Ante esto, se inició un
movimiento campesino a favor de Vicente Ferrer, al que se unió
también un grupo de intelectuales, políticos y líderes
religiosos. El coordinador de este comité de defensa era Madu
Metha, uno de los más activos e influyentes líderes sociales de
Mumbai. A tan sólo dos días de que expirara el plazo fijado para
su expulsión, más de 30.000 campesinos recorrieron los 250 kms
que separan Manmad de Mumbai para exigir al gobierno
justicia.
En una breve entrevista con Vicente, la primera ministra Indira
Gandhi reconoció el gran valor de su trabajo y se comprometió a
buscar la solución más adecuada a la situación, enviando un
telegrama con un mensaje salomónico: “El padre Vicente Ferrer
marchará al extranjero para unas cortas vacaciones y será bien
recibido otra vez en la India.”
Vicente volvió a España y fundó Acción Fraterna en el Mundo,
con un único objetivo: aliviar la situación de dos tercios de la
humanidad que padece hambre.
Aprovechó también para mediar en la causa de dos goanos, presos
a perpetuidad en las cárceles de Lisboa, consiguiendo su
liberación al cabo de dos meses.
En estas fechas apareció en la revista americana Life un gran
reportaje de doce páginas titulado “El santo de Manmad”,
mientras desde España, Italia, Alemania, la India y
Norteamérica, un movimiento popular recogió 25.000 firmas con la
intención de proponerlo como candidato al Nobel de la Paz.
Pese a haberlo solicitado, tres meses después de abandonar la
India, el permiso para volver no había llegado todavía.
Sorprendida por su tardanza, fue Indira Gandhi la que ordenó que
le concedieran el visado de entrada de inmediato.
Anantapur: La aventura definitiva. 1969-2004
A su regreso a la India sólo le acogió el Estado de Andhra
Pradesh, y Vicente, junto a seis voluntarios incondicionales,
decidió instalarse en la tierra más pobre de esa región:
Anantapur, donde la escasez de agua llegaba casi a la
desertización, y la sanidad y la educación eran prácticamente
inexistentes. Allí, los políticos radicales se movilizaron para
recibirle con pintadas en las paredes: “Ferrer go back”.
Lejos de
amedrentarse, a los tres días de llegar contaba ya con una casa,
vacía y a medio construir, que convirtió en cuartel general. De
una de las paredes desnudas colgaba un cartel que decía:
“Espera un milagro”. Este mensaje profético, cuyo origen
nunca llegó a conocer, supuso un nuevo acicate para seguir
adelante.
En marzo de 1970 dejó de pertenecer a la Compañía de Jesús. Y
ese mismo año contrajo matrimonio con Anne Perry, una periodista
inglesa que había permanecido a su lado desde el conflicto de
Manmad.
En este contexto nació Rural Development Trust (RDT), la
organización que bajo el liderazgo de Vicente Ferrer contribuye
al desarrollo del distrito de Anantapur.
Sin embargo, durante los años 70 persistió el asedio, esta vez
desde las autoridades de la región, que veían con recelo su
trabajo, llegando incluso a intentar encarcelarlo. Vicente
denunció el abuso de poder del que estaba siendo objeto y
consiguió un fallo favorable que creó jurisprudencia.
En 1996 creó en España la Fundación Vicente Ferrer para
asegurar la continuidad económica del proyecto.
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Fundación Vicente Ferrer
Una vida que no pasa inadvertida
Han sido muchas y muy relevantes las instituciones y entidades que
han querido honrar a Vicente Ferrer distinguiéndolo, entre otros
reconocimientos, como:
- Premio Príncipe de Asturias a la Concordia, en 1998.
- Español Universal, en 1998.
- Miembro de la Comisión de Erradicación de la Pobreza, del
Gobierno de Andhra Pradesh, en el 2000
- Creu de St Jordi, de la Generalitat de Catalunya, en el 2000.
- Premio Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía
Española, en el 2000.
- Personaje destacado de la historia del siglo XX por la UNESCO,
en el 2001.
- Gran Cruz de la Orden Civil de la Solidaridad, del Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales de España, en el 2002.
- Premio al Espíritu Olímpico, del Comité Olímpico Español,
en el 2002.
- Doctor Honoris Causa, por la Universidad Politécnica de
Valencia y la Universidad de Huelva.
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VICENTE
FERRER: LA REVOLUCION
de OLIVERAS, ALBERTO
EDITORIAL PLANETA, S.A. 2003
5.95 € |
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