AMOR ADULTO 

Equilibrio personal 

En ocasiones la vida nos depara pruebas, aparentemente se trata de adversidades que nos complican la existencia. De hecho debiéramos asumir que antes o después, todos vamos a vivir este tipo de circunstancias. En estas eventualidades es cuando el equilibrio personal, los valores íntimos, la coherencia entre forma de pensar y acción exterior, son más importantes. Vivir en desequilibrio, con carencia de valores personales, sin un código ético propio de conducta, se revelará como una carencia extrema. El código personal propio es el que hemos interiorizado, pero ese proceso es personal e intransferible. No servirá el que hayamos dado nuestro voto de confianza, sin más, a ideas o valores de otros, es preciso trabajarse la propia existencia. 

Esta aparentemente sencillas verdades, no parecen ser asumidas por muchos. Ante nosotros llegan con demasiada frecuencia personas dogmáticas, con ideas e intereses de las más variopintas características, que ante la dificultad, ante el problema, ante la desgracia, se desmoronan. No han hecho el trabajo interior preciso para asumirse a sí mismos con responsabilidad, con entereza, con amor y con libertad. Se "apuntaron" al carro que pasaba más próximo, montaron en él y llevan años y años, repitiendo y repitiéndose las mismas supuestas verdades. 

El problema no radica en el grado de certeza mayor o menor, de sus creencias, la pega surge cuando esas creencias no son fruto de una experiencia vital propia. 

Entre las confusiones más desagradables se encuentra la del confundir el SER con el TENER. Erich Fromm publicó hace ya años una interesante libro con este título, su lectura como casi toda su obra resultan altamente recomendables. En todo caso lo importante, lo trascendente es distinguir entre el ser algo y el tener algo. Podemos pasar toda la vida alcanzando metas en el mundo del tener: tener dinero, tener éxito, tener prestigio profesional o social, tener una buena vivienda. Puede que incluso lo alcancemos, en ese caso pronto descubriremos que el tener es una forma de autoengaño, al momento, a los días de haber conseguido TENER ese objeto, esa relación, nos aburriremos de ella y nos lanzaremos en pos de otro TENER. 

El mundo del ser es diferente, pretender ser es instantáneo, YO QUIERO SER MÁS AMISTOSO, es más satisfactorio que el desear TENER AMISTADES. YO QUIERO SER MÁS TRABAJADOR es mejor que pretender TENER UN BUEN TRABAJO. En el mundo del ser nos autodotarnos de valor por nosotros mismos, sin depender de las críticas, de los comentarios, de la aceptación de los demás. El ser esconde en su interior una capacidad de felicidad y autosatisfacción muchísimo más gratificante que el tener. 

Vivir centrado en el ser nos permite abrirnos más hacia nosotros y a los otros. Ser es vida, tener es accidental. Ser es SER, es VIVIR, tener, lamentablemente NO LO ES. El SER permanece, el TENER es siempre temporal y finito. 

Nos gustaría comenzar el año con menos ansias de tener y con una sincera voluntad de ser más nosotros mismos. 

La simple reflexión sobre estos aspectos debiera, en muchas ocasiones, ofrecernos una perspectiva nueva, sobre nuestras posibilidades vitales. O ¿no lo creen ustedes así? 

Cortesía de Marco Antonio Guízar Ponce

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