AMOR
ADULTO PARADOJAS
Pensando en este mundo que vivimos con mayor profundidad, seguramente
nos preguntaremos si realmente éste es el mundo al que hemos aspirado
los seres humanos por generaciones. Un mundo en el que la violencia no
se resuelve con la justicia, sino con más violencia. Un sitio en el
que en nuestras ciudades existen edificios cada vez más altos, en
donde habitan personas con voluntades cada vez más pequeñas, en
donde existen autopistas cada vez más anchas por donde transitan
seres humanos con puntos de vista cada vez más estrechos.
Cada día gastamos más y, sin embargo, cada día tenemos menos. Cada
vez hay más dinero en circulación, pero éste pertenece día con
día a un número menor de personas. Tenemos casas más grandes, pero
familias más pequeñas. Hacemos más compromisos pero tenemos menos
tiempo.
Hoy es prácticamente indispensable tener más de un título para
conseguir trabajo. Sin embargo, aunque nos llenemos de títulos, cada
día tenemos menos sentido común. Pareciera que cada vez tenemos
mayor conocimiento y, sin embargo, cada vez tenemos menos criterio.
Cada vez existen más y más expertos, pero también hay más y más
problemas. Hay más medicinas pero hay menos salud.
Según el comportamiento de la bolsa de valores estadounidense y el
crecimiento económico de los últimos 10 años, prácticamente hemos
multiplicado nuestras posesiones; pero me atrevo a decir que hemos
reducido nuestros valores. Hablamos mucho y hacemos poco. Amamos poco
y odiamos cada vez más.
Podría decirse que aprendimos a amar la vida, pero nadie nos enseñó
a vivirla plenamente. Se han conquistado prácticamente todos los
rincones de la tierra, el hombre ha visitado la luna y existen naves
espaciales que nos mandan imágenes desde otros planetas. Sin embargo,
tenemos problemas para poder cruzar las calles de nuestras ciudades y
conocer a nuestros vecinos.
Hemos conquistado el
espacio exterior y hemos olvidado el espacio interior. Estamos
haciendo esfuerzos increíbles por limpiar el aire y cada día
contaminamos más nuestra propia alma.
Hemos aumentado en cantidad, pero hemos disminuido en calidad. Parece
increíble que el hombre promedio tiene una estatura cada vez más
alta y es más fuerte, pero su carácter es cada vez más débil.
Contamos con mayor libertad, pero con menos alegría, con más comida
y menos nutrición. Cada vez hay más familias que viven juntas, pero
cada vez es menor el número de familias unidas. Las casas que se
construyen son cada vez más bonitas, pero hay más hogares rotos.
¿Hacia dónde vamos? ¿Hacia dónde queremos llegar? ¿Por qué no
somos capaces de apreciar más lo que tenemos y enderezar el rumbo de
nuestro destino? ¿Por qué siempre guardamos lo mejor para una
ocasión especial y no alcanzamos a ver que cada día que podemos
seguir viviendo puede ser un día muy especial si nosotros lo
decidimos?
¿Por qué preocuparnos tanto por la apariencia y no por la realidad?
¿Por qué no podemos leer más y limpiar menos? ¿Por qué no podemos
admirar la belleza del milagro que existe en cada flor sin distraernos
tanto en la mala hierba? ¿Por qué no hacemos un esfuerzo por estar
más cerca de nuestros amigos y familia, en lugar de estar
consiguiendo dinero para ellos?
Estoy seguro que si pudiéramos visualizar el tiempo de vida que nos
queda, seguramente quisiéramos pasar más tiempo con nuestros seres
queridos, visitaríamos los lugares que nos traen buenos recuerdos,
comeríamos nuestra comida preferida, sacaríamos nuestras copas de
cristal sin miedo a que se rompieran, nos pondríamos nuestra mejor
ropa simplemente para ir al mercado. Habría menos cosas que nos
pusieran de mal humor porque entonces sabríamos que nuestras horas
están limitadas.
Si supiéramos cuándo llegará esa irremediable cita con la muerte,
nos molestaría pensar en todas esas personas que queríamos visitar y
que no hemos podido hacerlo, todas esas cartas que hemos querido
escribir y siguen en el tintero. Nuestra vida y la de nuestros seres
más cercanos seguramente sería mucho mejor, pues no dudaríamos en
decirles a nuestros cónyuges, a nuestros padres, a nuestros hermanos,
parientes y amigos, lo mucho que les queremos.
Querido lector, ojalá que estas reflexiones, al menos por hoy, le
hagan apreciar los buenos momentos, le hagan sentir la felicidad que
hay en una sonrisa sincera, le hagan apreciar cada día, cada hora y
cada momento de forma muy especial. Después de todo no sabemos con
certeza cuántas veces podremos ver nuevamente el amanecer de un nuevo
día.
Recuerda
esto: El Amor no es un sentimiento...es una actitud
Marco Antonio Guizar Ponce" <maguizar@hotmail.com>
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