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Efectos de programaciones negativas

La mayoría de las personas ha recibido muchos mensajes negativos durante su vida, especialmente en la infancia. Por ejemplo, "no eres capaz", "no tienes oído", "nunca serás alguien importante", "eres un necio", "eres desordenada", "tienes mala memoria", "cómo puedes ser tan torpe", etc. Estas frases son misiles destructivos que llegan al subconsciente y limitan durante toda la vida, hasta que te das cuenta de su existencia. En futuras publicaciones de "El Almanaque" te ayudaremos a descubrirlos y destruirlos.

Uno de los efectos de programaciones negativas es el temor a equivocarse. Se produce porque cuando niño o niña sin duda te equivocaste. Y si recibiste críticas por ello, se generó en tu interior una respuesta condicionada de temor. Sin embargo, aprendemos equivocándonos.

Ahora que puedes reflexionar en ello, procura no temer los errores. Lo importante es que te estés observando y vayas corrigiendo tu camino. No esperes comenzar algo teniendo la absoluta seguridad del éxito, pues esto no existe. Nada humano es perfecto, pero sí perfectible.

Cuando un transbordador espacial se dispone a aterrizar, sus pilotos deben considerar muchas variables: velocidad y ángulo precisos para entrar a la atmósfera y no producir un roce excesivo que lo destruiría, evaluar las condiciones climáticas, velocidad del viento, etc. Nunca un transbordador lo hace perfecto, a pesar de las numerosas computadoras a bordo y en Tierra.

Sin embargo, llega a su destino porque los técnicos realizan una corrección permanente de su trayectoria: si se desvía un poco en determinada dirección, llega la corrección para volver a su centro.

Lo mismo ocurrirá en tu vida. Si realizas constantes evaluaciones de tu marcha, no importa que no comiences en forma perfecta: llegarás a tu meta. Y para esto, naturalmente, debes saber bien a dónde quieres llegar.

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