LA SABIDURIA DE LO ENFERMO:       Dr. Javier Martínez y Dra. Maria Jesús Clavera


El SIDA como consecuencia

El impacto tecnológico generado por el ser humano ha alterado profunda y bruscamente el entorno y las relaciones entre los seres vivientes. Como en la fábula del Aprendiz de Brujo, la 'ciencia sin conciencia' nos ha dado muchas ventajas iniciales, pero ha destapado también una serie de consecuencias, que posteriormente nos abruman. Entre ellas, están los factores que deprimen nuestra inmunidad.

El estrés de todo tipo (físico, químico, biológico, emocional, intelectual, social y moral) ha sido una de estas consecuencias. Y, de todos es sabido que, en cualquiera de esos niveles vitales, el estrés produce inmunodepresión, y también psicodepresión.

Algunos dicen que en los (supersecretos) laboratorios militares de ambos bandos, se crearon en los años 70 numerosos 'virus quimeras' (virus compuestos por lo peor de otros virus distintos) que, más que matar, buscaban sobre todo la capacidad de penetrar y propagarse, sin ser notados, en el enemigo, antes de manifestar retardadamente sus invalidantes efectos.

Nosotros, como cronistas, afirmaremos sólo los hechos industriales visibles: Y diremos que la contaminación industrial importante se inició hace un siglo, que los antibióticos y las vacunaciones múltiples e intensas se usaron desde los años 50, que la degradación medioambiental y la drogadicción (legal e ilegal) de la población se disparó desde los 60, el estrés competitivo-empresarial desde el inicio de los 70 y la manipulación biotecnológica con fines comerciales desde finales 70, empezándose a jugar con fuego (manipulación genética, harinas cárnicas, etc) desde los 80. También diremos que todos estas macro-tendencias son innegables y que todas ellas (por separado y en conjunto) deprimen la inmunidad de animales y seres humanos.

Estos son los hechos antecedentes. En cuanto a los hechos consecuentes, registramos: aumento de cánceres desde los 50, aumento de alergias e inflamaciones desde los 60, aumentos de enfermedades auto-inmunes desde los 70, disparo de la pandemia del SIDA desde 1981, aumento de enfermedades nerviosas degenerativas de hombres y ganado desde los 80, y disparo de enfermedades priónicas desde los 90.

Examinemos más detenidamente uno de estos 'consecuentes', dado que el Día Internacional del SIDA, con sus numerosos reportajes, ha sido actualidad recientemente. La terrible nueva pandemia ha matado ya en dos décadas a más de 22 millones de humanos. Según el informe de NUSIDA publicado recientemente hay más de 42 millones de afectados en el mundo y, sólo en el último año, 5 millones han sido nuevos contagios (800.000 niños) y 3,1 millones han muerto a causa de la epidemia.

Si usamos el símil de un incendio en una aldea, podríamos decir lo siguiente:

1: El numero de nuevos casos (incidencia) esta bajando claramente en los países del Primer Mundo, donde los afectados ralentizan su enfermedad con tratamientos costosísimos (la llamada 'triterapia') y donde los supervivientes han modificado mucho sus conductas de riesgo; es decir: en las casas ricas de la aldea, que es donde se detectaron los primeros brotes del incendio, las llamas están disminuyendo: en primer lugar porque los muebles que las mansiones que ya han ardido no pueden continuar permanentemente ardiendo y, en segundo lugar, porque los ricos de la aldea han comprado muebles ignífugos y han contratado muchos equipos de bomberos.

2: El numero de infectados (prevalencia) es muy alto en África y el Caribe; es decir: en algunos de los pajares más pobres de la aldea, se detectan las llamas más extensas y altas. Un 37.5% de la población adulta está infectada, por ejemplo, en Botswana y la productividad laboral se ha reducido hasta un 50% en los países más gravemente afectados.

3: El número de nuevos casos esta aumentando alarmantemente en Asia, India y China, que es donde se acumula la mayor parte de la humanidad. Es decir: en los mayores pajares de la aldea global el incendio no ha hecho mas que comenzar, pero se está extendiendo rápidamente.

4: En el Tercer Mundo (segundo y tercer caso) los carísimos tratamientos paliativos del Primer Mundo son económicamente impensables, sólo queda la prevención, en la medida que los supervivientes queden aleccionados. El incendio arde sin que medio alguno de extinción pueda actuar.

Sólo hacemos de cronistas. Hablamos de antecedentes, pero no de causas; y hablamos de consecuentes, pero no de efectos: ¡hay que medir muy bien las palabras, no vaya a ser que los poderes ligados a los antecedentes nos denuncien!. Pero el que quiera sacar sus propias conclusiones, que las saque.

ENLACES : MONOGRÁFICO SOBRE EL SIDA

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