LA SABIDURIA DE LO ENFERMO:       Dr. Javier Martínez y Dra. Maria Jesús Clavera

Guerras corporativistas I

Comentábamos hace unos dias que la Agencia Española del Medicamento había prohibido la comercialización de 160 productos de medicina natural, china, etc, vendidos como complementos dietéticos en herbolarios y consultas de medicina natural, debido a que ellos no cumplen la 'normativa vigente' o a que no se venden en farmacias. La verdad es que son muchos muchos más los productos de la medicina natural china, africana, india, etc los que en el pasado, año tras año, han sido inmovilizados o devueltos en las fronteras o han visto prohibida su comercialización en España.

Es una forma u otra de prohibirme a mi, como ciudadano, el acceso a los frutos de la madre Naturaleza, sólo porque estos se hayan producido en tal o cual pais o continente. ¿Porqué acusamos a China de que no abre sus fronteras cuando impedimos que entren en nuestro pais los mas naturales y solicitados de sus productos? ¿Porqué se ponen cuantiosas, lentas y casi insalvables trabas administrativas y económicas cuando es el derecho a la salud un bien máximo? Que esto suceda en Europa, campeona de la democracia y el libre comercio, es ciertamente un contrasentido.

La normativa vigente dice que algunos productos naturales, además de haber sido aprobados y su uso comercial autorizado, no deben ser vendidos en tiendas de dietética y herboristerías (como siempre ocurrió) si no sólo en farmacias, algunos de ellos sólo bajo receta médica, la de un 'facultativo titulado' y autorizado, claro está. A esto le dan mucha importancia, pero huele a guerra comercial o a guerra corporativista, la verdad.

Un 'facultativo titulado y autorizado' es distinto en Francia o Alemania (donde los médicos naturistas tienen titulación oficial y libre ejercicio profesional), que en España; nuestra medicina occidental es sólo una medicina más en la India, China, etc, y no precisamente la principal que se enseña en las Facultades de estos paises. Sin embargo, a lo largo de la geografía y de la historia, la inmensa mayoría de los habitantes del planeta ha recibido atención (notablemente eficaz y carente de efectos secundarios en el organismo y medio ambiente para el poco coste de los remedios) de curanderos y curanderas; es decir: de médicos no titulados, ni siquiera en sus propios paises.

Desde 1990 nos regimos en españa por la "Ley 25/1990 del Medicamento" cuyo articulo 45 dice que "El Ministerio de Sanidad y Consumo establecerá una lista de plantas cuya venta al público estará restringida o prohibida por razón de su toxicidad". Pero, ¿Qué es toxicidad? Ya comentamos el lunes anterior que casi cualquier producto (incluyendo el agua) es tóxico a dosis suficientes y tambien que casi cualquier veneno se convierte en precioso medicamento en diluciones suficientes.

Ha pasado más de un decenio sin que la famosa lista de plantas 'restringibles' o 'prohibibles' logre ser regulada ...¡afortunadamente!. Y las pocas veces que nuestras autoridades han redactado algún proyecto de la citada lista, como ocurrió el año pasado, este parecía redactado por algun estratega de marketing del Colegio de Farmacéuticos (aunque deberíamos mejor decir del Colegio de anti-herboristeros) mas que por funcionarios imparciales y neutros.

Al leer la lista de las plantas autorizadas y  prohibidas uno no salía de su asombro: ¿Porqué, por ejemplo, se prohibía como laxantes la cáscara sagrada y el sen y se autorizaba la frángula o el ricino? ¿Porqué como tranquilizantes se prohibían el hipérico o la valeriana y se autorizaba la tila o la pasiflora?. ¿Porqué los primeros eran 'medicamentos' (y sólo podían venderse en farmacias) y los segundos no (y podían venderse en farmacias y herboristerías)? ¿Cuál es la sutil diferencia entre una planta-medicamento y otra que no lo es? Si alguien sabe la respuesta a estas preguntas, por favor que nos lo diga.

Ahora parece que quien va a legislar y regular al respecto es la Comunidad Europea, lo cual obliga a los Estados miembros a paralizar los proyectos de regulación que estén en marcha. Esto es quizás esperanzador, pues las medicinas naturales están mucho más reconocidas en los paises más avanzados de Europa y la probabilidad de estigmatizar lo natural disminuirá.
 

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