ANOREXIA
OrexiV (oréxis) es la
acción de tender a algo, de donde deriva el significado de
wrexa (orégo,
órexa), que significa tender, extender: oregein
ceiraV eiV ouranon (oréguein
jéiras eis uranón) = tender las manos al cielo; lanzarse
hacia algo: ou paidoV orexato (hu
paidós oréxato) = se lanzó hacia su hijo; desear. Si le
anteponemos el prefijo privativo a (an
si la palabra a la que se antepone el
prefijo empieza por vocal), obtenemos el significado contrario:
falta de inclinación, ausencia de deseo, falta de apetito. En
griego se formó el verbo anorektew
(anorectéo), con
el significado de estar falto de apetito, utilizado por Galeno y
por Antilo, ambos médicos del siglo II; el adverbio anorektwV
(anoréctos) = sin apetito, sin
deseo; y el sustantivo anorexia (anorexía)
= falta de apetito, falta de deseo, que fue empleado también
fuera del ámbito de la medicina, desde el siglo II.
La anorexia sólo últimamente se ha desarrollado como
una enfermedad por sí misma, y con carácter epidémico. Antes
de esta epidemia constituía un síntoma que acompañaba a otras
enfermedades y no tenía el arraigo y profundidad que presenta
actualmente. La enciclopedia Espasa (tomo V, editado en 1909),
define así la anorexia: "Falta de apetito. Es un síntoma
constante en las afecciones febriles agudas, en ciertas
enfermedades del estómago, intestino, páncreas e hígado, y a
veces en las dolencias nerviosas. La anorexia constituye casi
siempre una complicación que agrava el pronóstico. Para
remediarla se han indicado los amargos, alcalinos, ejercicio,
fricciones, masaje y purgantes." Hace 90 años era
inimaginable que pudiera desarrollarse la anorexia como
enfermedad grave y epidémica. (Epi-dhmoV
/ epí-démos = sobre el
pueblo, extendida por toda la población.) Está dentro de la
lógica que se desarrolle en las enfermedades que afectan al
sistema digestivo. Pero sólo se pueden entender como
deformaciones la anorexia infantil y la todavía más grave
anorexia juvenil, ambas de origen psíquico. La anorexia
infantil que tanta angustia genera en las madres, hay que
entenderla como disfunción de la conducta alimentaria de la
criatura inducida por las formas obsesivas de la madre, con las
que deteriora profundamente la relación con su hijo, creando en
las comidas unos niveles de tensión que convierten esos
momentos en los más desagradables del día. Las madres que
sufren este problema y lo hacen sufrir a sus hijos, no son
conscientes del mismo, por lo que es difícil que le pongan
remedio. En cualquier caso, el tratamiento ha de empezar por
ellas. Afortunadamente es ésta una enfermedad pasajera (aunque
de años) y la propia naturaleza se ocupa de ponerle remedio.
Más grave es la anorexia juvenil, mucho más frecuente en
las mujeres que en los hombres. Es también de carácter
obsesivo. Nace en primer lugar de un profundo descontento con la
propia figura. A partir de ahí se desencadena un mecanismo de
autodominio primero, que degenera en muchísimos casos en un
autocastigo que desemboca en grave enfermedad, tanto psíquica
como física.
Mariano Arnal
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