Autochequeo

EL ALMANAQUE DE LA MEDICINA Y LA SALUD

Volviendo a la normalidad

En estas fechas se habla mucho de la famosa "cuesta de Enero". Después de los abusos navideños, en todos los órdenes, especialmente el económico y el gastronómico, es momento de cambios, restricciones y ajustes varios. El despilfarro económico da paso a las rebajas, que si ha quedado una pequeña reserva del "vil metal", se podrán aprovechar. El derroche culinario deja paso a las dietas y a los planes para perder los "michelines" que espectacularmente se nos han acumulado en pocos días. Aparecen las buenas intenciones de cada año: comer mucha verdura y fruta.

Lo cierto es que, por lo general, todas estas buenas intenciones gastronómicas, se desvanecen rápidamente a los pocos días o como mucho en un par de semanas. Sabemos que nos beneficiaría mucho una dieta generosa en frutas y verduras, ya no solo por nuestra línea, sino por nuestra salud. Pero nos falta fuerza de voluntad. Como decía aquel "la carne es débil".

Con relación a los beneficios de una dieta más saludable, la revista British Medical Journal ha publicado un amplio estudio, realizado durante diecisiete años con 11.000 personas, que subraya la relación entre el consumo diario de fruta fresca y la reducción del riesgo de padecer trastornos cardíacos.

Entre los participantes que consumieron fruta todos los días, el número de muertes por infarto fue menor en un 24%, por apoplejía un 32% y en general un 21% menor, en comparación con aquellos que la consumían con menos frecuencia.

Es sabido que la carencia o la ausencia de fruta fresca en la dieta de algunas poblaciones propicia un mayor número de enfermedades cardiovasculares como la apoplejía y diversas cardiopatías. Para conseguir el máximo beneficio, los responsables del mencionado estudio nos recomiendan consumir como mínimo cinco raciones de hortalizas y frutas cada día. Si no están disponibles frescas, podemos recurrir a las congeladas, que nos aportan beneficios parecidos.

Un pequeño esfuerzo en nuestros hábitos alimenticios, de seguro nos beneficiará en muchos sentidos. Para empezar, si nos parece mucho cinco raciones de frutas u hortalizas al día, podríamos ir paso a paso, y al menos consumir una. Por algo se empieza, y quién sabe, a lo mejor finalmente le "pillamos el gusto" y nos aficionamos durante todo el año y no solo después de la "cuesta de Enero".

En esta misma línea el diario The Wall Street Journal comenta también, a parte de los beneficios médicos que ya hemos comentado, que comer un mínimo de cinco raciones diarias de frutas y hortalizas reduce considerablemente el riesgo de padecer otras enfermedades como cáncer de pulmón, colon, estómago y otros órganos.

Unos doscientos estudios, realizados en un mínimo de diecisiete países, aportan pruebas más que convincentes de dichos beneficios. No es necesario que estas raciones sean muy grandes.

Según un programa del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, son adecuadas como raciones individuales "una fruta mediana, tres cuartos de taza de jugo (una taza son 250 mililitros); media taza de verduras cocidas, una taza de verduras frescas en ensalada o un cuarto de taza de fruta seca". El instituto recomienda desde hace cinco años este régimen, que solo lo siguen 1 de cada 3 adultos y 1 de cada 5 niños. La pasión por la comida rápida entorpece la consecución de sus objetivos.