EL ALMANAQUE DE LA MEDICINA Y LA SALUD

Hay que jugar con la cabeza.

Si alguna vez has practicado fútbol de manera más o menos organizada, es muy posible que tu entrenador te haya dicho precisamente lo que reza como título de este artículo: hay que jugar con la cabeza.

Normalmente con esta expresión tu entrenador te quiere dar a entender, no que golpees con más frecuencia al balón con la cabeza, sino que juegas de manera fría, calculadora, sin dejarte llevar por las emociones; y la verdad es que es mucho mejor así. Es cierto que el propio juego requiere del deportista, que de forma ocasional, golpee físicamente el balón con su cabeza. Médicamente hablando, cuantas menos sean estas, mejor.

Según un estudio presentado en un congreso de la Asociación Americana de Psicología, los remates de cabeza de los futbolistas podrían afectar a sus facultades mentales. En el transcurso de la investigación se realizaron diferentes tests psicotécnicos a diversos jóvenes que habían rematado el balón con la cabeza una media de diez veces durante el partido. Los tests revelaron que estos jóvenes mostraban una puntuación menor en la atención y la concentración mental, en comparación con otros tests similares, que habían realizado antes del encuentro.

Todavía no se sabe si estos daños podrían ser con el tiempo definitivos e irreparables. Si esto es así en el caso de los futbolistas, te imaginas qué les puede suceder a otros deportistas como los boxeadores profesionales. Así es que, juega con cabeza cuando tu cabeza esté en juego.