CURIOSIDADES MÉDICAS

Hidroterapia.

De forma casi inconsciente, la mayoría de nosotros utilizamos o hemos utilizado alguna técnica de hidroterapia, como por ejemplo cuando al ducharnos nos aplicamos chorros de agua fría y caliente, o como cuando nos ponemos una compresa de agua fría en la frente para bajar la fiebre.

¿Cómo y cuándo se originó la hidroterapia? Bueno, lo cierto es que las propiedades curativas del agua fueron reconocidas por muchas civilizaciones antiguas. Pero fue el médico griego Hipócrates, padre de la ciencia médica en el siglo IV a C, quien hizo que la hidroterapia fuese considerada como un método terapéutico eficaz. Este famoso griego empezó a utilizar técnicas, que se siguen empleando hoy en día, tales como los baños de mar, los de vapor, los que se realizan con agua fría, la aplicación de compresas de agua caliente, etc.

¿Qué es o cómo funciona? Bien, como su nombre indica, consiste en la utilización del agua para curar enfermedades, producir relajación, aliviar el dolor y mejorar la salud en general. La hidroterapia estimula el cuerpo con agua a diferentes temperaturas provocando una reacción autocurativa del organismo. Los efectos del agua sobre nuestro organismo pueden ser de varios tipos:

  • Térmico: el agua es una buena conductora del calor.
  • Mecánico : aplicada en movimiento produce tensión o relajación muscular.
  • Químico: las sustancias medicinales del agua penetran en nuestro organismo a través de las terminaciones nerviosas de nuestra piel.

¿ Para qué está indicada? Lo cierto es que tiene múltiples aplicaciones. Por mencionar algunas de éstas, podríamos decir que está especialmente indicada para problemas de circulación de la sangre y de la linfa, para calmar la ansiedad y el estrés, para aumentar la movilidad del cuerpo relajando músculos y articulaciones, para mejorar problemas de hemorroides y fisuras anales y para tratar lesiones deportivas, entre otras muchas cosas.

¿Dónde podemos beneficiarnos de esta técnica natural? Actualmente las técnicas hidroterápicas se usan casi exclusivamente en los balnearios o centros de talasoterapia, aunque también podemos gozar de alguno de sus beneficios en casa o en el gimnasio.

En los balnearios y centros especializados, normalmente se combina con otras técnicas, tales como la fangoterapia o la algoterapia y el agua se usa caliente, fría, en vapor o hasta helada. De forma más limitada, pero no menos efectiva, también podremos disfrutar de la hidroterapia, si en nuestro hogar disponemos de una bañera de hidromasaje. Si no es así, nos podemos limitar al uso de compresas o toallas empapadas en agua fría o caliente o a los baños de asiento. Por último, si estamos apuntados a un gimnasio, y si éste dispone de sauna, podremos disfrutar de sus beneficios hídricos.

Hidroterapia: un remedio natural, asequible y barato.