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LÉXICO

SENADO 

Si perdemos de vista que senatus (que ésa es la forma latina de esta palabra) viene de senex, perdemos toda la perspectiva y la profundidad que encierra. Para legislar, para administrar justicia y para tomar decisiones de gran trascendencia, precisamente para eso, todos los pueblos prefirieron a sus ancianos. Senex (gen. senis, ac. pl. senes) es la noble palabra con que los romanos llamaban y honraban a sus ancianos. Por los contextos en que se usa, parece que su núcleo significativo es “persona de muchos años”, “añoso”; es decir que no se pondera en la palabra el valor negativo del peso de los años, el deterioro que éstos producen, el envejecimiento, sino lo que de positivo tiene el gozar de una gran perdurabilidad, y estar constituido como la imagen viva de la perduración del pueblo y de sus costumbres. La mejor traducción de la senectus romana es posiblemente longevidad. Es en esta palabra en la que mejor hemos conservado los valores que prestigiaron la ancianidad en todos los pueblos. 

Puesto que tanto nuestras instituciones como sus nombres los hemos heredado de los romanos, intentaré descomponer su luz en el prisma de la cultura que le dio forma tanto a la institución como al nombre. Senatus era el colectivo de ancianos del pueblo romano. Del mismo modo que el pueblo se llamaba pópulus sin necesidad de constituirse como institución de gobierno (su forma institucional eran los comicios), también sus ancianos eran conocidos colectivamente como senatus mucho antes de convertirse en institución de gobierno. La diferencia entre unos y otros es que el senatus era una especie de comicio o asamblea permanente, puesto que estaban siempre en la ciudad y era muy fácil reunirlos, de modo que el conjunto de los ancianos y la asamblea de éstos venía a ser la misma cosa, y por eso tenía el mismo nombre; mientras que el pópulus, formado por los hombres aptos para la guerra, era más difícil reunirlo, y eso se hacía en los comicios, que eran las asambleas del pueblo. Por eso uno era el nombre del pueblo, y otro el de su asamblea. 

Este análisis léxico se corrobora por el signum de Roma, el S.P.Q.R. (Senatus Populus-Que Romanus). El Pópulus Romanus, solidariamente con el Senatus que asumía la responsabilidad y tomaba la decisión, era el que emprendía las guerras. Eran dos entidades complementarias que se unían en una entidad superior: Roma, es decir la Cívitas Romana, la ciudadanía romana, el conjunto de los ciudadanos. Está clarísimo que antes de inventarse en Roma la res pública, la cosa pública como institución, y antes incluso que la monarquía, es decir en la etapa tribal, la de las tribus, existía ya el senatus, la categoría generacional de la ancianidad y la de miembro de la misma, como un estatus claramente diferenciado del pópulus (¿=los devastadores? Ver pueblo en la web), al que no estaban en edad de pertenecer los senes, los ancianos. De hecho empezó la decadencia del senatus tan pronto como se le convirtió en institución política; y tanto mayor fue su degradación cuanto mayor fue su poder político; es decir cuanto más dependieron de los comicios primero, y luego de los imperatores.  

El senatus dejó de ser lo que era en cuanto sus componentes dejaron de llamarse senes (ancianos) o más comúnmente patres (padres; como título generacional, no político) para acabar llamándose senatores. ¿Qué ocurrió? Pues que mientras el senatus (la asamblea de los ancianos) estuvo formado por los senes, llamados también los patres, fueron ellos los que dieron nombre al senatus. Pero tan pronto como pasaron a formar parte del senatus gente que no eran senes, que no eran ancianos, hubo que inventar un nombre de oficio para aquellos que formaban parte del senatus no siendo senes. Y se formó sustituyendo la desinencia –us de persona o cosa, por la desinencia de oficio –or. Es así como llegamos al senador. Un senado formado por “senadores” en vez de estarlo por “senes” era obviamente otra cosa.

Mariano Arnal

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