CRISTAL
KrustalloV (crýstal.los) es la palabra original griega, adoptada por los romanos como crystallus.
Y con el mismo significado, que es en primer lugar, hielo; y por analogía, cristal de
roca, cristal. En latín iba además bajo este nombre una especie de perla. También el
adjetivo cristalino nos viene del latín: crystallinus. Pero si queremos entender a
fondo esta palabra, hemos de ir de nuevo a sus orígenes.
KrustalloV (crystál.los)
es el hielo o el agua congelada, el frío glacial, la costra
(lat. crusta, de ahí crustáceo e incrustar); pero no es palabra primitiva, sino
derivada de kruoV (crýos) que es el frío glacial, el frío, el temblor por frío y también por
miedo, cualquier estremecimiento, y por fin la costra. En el fondo, siempre la imagen del
hielo, del frío y del temblor. KrumoV (krymós)es la estación del frío, el frío de la fiebre, el temblor. Krustainw (crystáino) es helar, congelar, y krustallizw (crystallitzo), es ser brillante o transparente como el cristal. En fin, es éste un
lexema que dio bastante juego, del que se formaron unos cuantos derivados y compuestos
más, y siempre enlazando el frío con el hielo y con el cristal. Curiosamente la
relación establecida por los griegos entre el cristal y el hielo (ambos bajo la misma
palabra) la hemos mantenido entre el cristal y el frío. Los griegos y los romanos
apreciaban los vasos de cristal por creer que transmitían el frío a los líquidos que en
ellos se bebían.
El concepto de cristal ha crecido extraordinariamente
desde que forjaron la palabra los griegos. Primero fue el hielo, luego el cristal de roca
(cuarzo), más adelante todas las formas de cristal que se consiguió crear (las
cristaleras, las cristalerías y las vidrieras fueron un gran campo de aplicación), y
finalmente a partir del siglo XVIII la extensión del concepto y el nombre de cristal a
todos los cuerpos que presentaban estructura cristalina, entendiéndose por tal la forma
geométrica de organización de la materia, y no ya la transparencia (que es en todo caso
efecto y no causa). La cristalografía (parte de la geología que trata de las
formas cristalinas de los minerales) abrió nuevos horizontes para el conocimiento de la
estructura de la materia mineral, cada vez más próxima a la materia viva, en especial
cuando llegamos al cristal líquido, dotado de tales movimientos que semeja
animales inferiores. Estos cristales, dotados incluso de la facultad de
"crecer", no caben en la definición clásica de cristal (cuerpo homogéneo,
limitado por caras planas formadas espontáneamente, y con fracturas planas que se
denominan planos de hendedura o exfoliación), por cuanto no presentan caras
limítrofes planas. El concepto de cristalización ha dado mucho juego: de su
significado geológico (experimentar un cuerpo la agrupación de sus moléculas en
formas geométricas que se aprecian en la forma exterior de cualquier fragmento del mismo)
ha pasado a la actividad humana, con el valor de tomar forma definitiva o convertirse
en realidad un proyecto, plan, negociación, etc.
Para completar el concepto de cristal hay que hacer referencia a
su sinónimo vidrio, del que derivan vidriera, vitrificar, vidrioso, vitriolo,
vitrina... Viene del latín vitrum, cuyo significado inicial es glasto, una
hierba que usaban para teñir de verde especialmente el cristal. Su nombre procede
probablemente de viridis (verde), y debió dar el nombre al vidrio, como el azul se
lo dio al azulejo.
Mariano Arnal
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