Si las
estrellas decidieron que nacieses cuando nuestra común Madre Tierra pasó
por los cielos del Carnero en su periplo anual alrededor
del Sol, considérate afortunad@ . Si eres un auténtico Aries de la
cabeza a los pies, te tocó en suerte estar dotad@ en grado sumo de las
virtudes que caracterizan al Carnero: la fuerza, la tenacidad, la
impulsividad, la conquista segura... pero también la otra cara de la
medalla: la obstinación, la terquedad, la temeridad. Si no eres un
Aries puro, lo mismo pero menos.
Así puede muy bien
ocurrirte estos días que el corazón con que tan herméticamente
cierras tu valioso interior, se vea quebrado por algo ajeno a ti. Si tal
te ocurre, no te lo tomes como una agresión, sino aprovechar este
ligero tambaleo para bajarte del "pedestal"sin necesidad de
humillarte y ponerte a la altura del común de los mortales. Al fin y al
cabo todo el mundo sabe que ni siquiera tú eres perfect@ . Ánimo, los
que te quieren de verdad, te lo agradecerá