LA SABIDURIA DE LO ENFERMO: Dr. Javier Martínez y Dra. Maria Jesús Clavera |
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Hay
muchas causas que nos enferman y destruyen, pero hay pocos mecanismos
básicos en que la enfermedad y la muerte se manifiestan
dentro de los seres vivientes. Entre ellos están los
protagonizados por otros seres vivos. A
veces somos destruidos por organismos predadores (como un
león o un tigre) que, simplemente, nos trocean y usan como
alimentos y así nuestros materiales y energías pasan a formar
parte de los suyos, sin más. Es algo que no podríamos llamar
enfermedad. Pero
otros seres vivientes, mucho más primitivos y pequeños que
nosotros, se introducen en nuestra superficie o en nuestro
interior y no nos destruyen de inmediato, sino que nos parasitan
(como los piojos o las tenias intestinales) o nos enferman (como
el virus del Sarampión, o de la Varicela) y, en ocasiones, tras
cierto tiempo, nos matan (como antaño las microbacterias de la
Tuberculosis o de la Lepra o actualmente el virus del Ebola, o el
prión de la variante humana de la enfermedad de las Vacas Locas).
Estos son los organismos parásitos y los organismos patógenos,
los cuales sí que nos causan debilitamientos y destrucciones
retardadas, que podríamos llamar propiamente enfermedades. Mas
que formar parte de ellos, ellos forman parte de nosotros durante
cierto tiempo, usando nuestras energías y materiales biológicos. Los
organismos parásitos suelen mantener con vida al
hospedador durante prolongados periodos de tiempo: lo debilitan,
consumen sus productos y energías, pero parcialmente. Como suele
decirse 'aprietan (a veces mucho) ...pero no ahogan'. Los parásitos
no matan a su 'gallina de los huevos de oro', saben adaptarse a
ella, saben limitarse. Su objetivo es alimentarse y
reproducirse sin problemas. Sin
embargo los organismos patógenos, aunque usan también las
estructuras y energías de sus hospedadores, lo hacen durante poco
tiempo, su pretensión es propagarse pronto y en gran cantidad.
Les da lo mismo si poco después el organismo hospedador muere
(peste, cólera, etc) o reacciona exitosamente con sus sistemas
defensivos (gripe, sarampión, etc): ¡ellos ya se han propagado! Los
organismos que dañan y/o destruyen a otros, ya sean predadores,
parásitos o patógenos, han evolucionado en paralelo con ellos y
las poblaciones de unos y otros se han adaptado mutuamente, con un
equilibrio sorprendente. Los predadores no pueden causar
excesivo número de víctimas en la especie 'predada', ya que se
quedarían sin alimentos. Los parásitos y patógenos, además, no
pueden dañar excesivamente a sus hospedadores, al menos hasta
haberles 'ordeñado' durante suficiente tiempo como para completar
su desarrollo y ciclo reproductivo. Pero
hay algo que quisiéramos destacar hoy: para que predadores, parásitos
y patógenos puedan ejercer su función, tienen que poder acercarse
al máximo a su hospedador o víctima, detectándola a ser posible
sin ser detectados, engañando o burlando sus sistema
perceptivos-discriminadores, que son la parte inicial de
sus sistemas defensivos. Estos incluyen los sentidos corporales,
pero también los sistemas inmunitarios. El gato y el ratón se
camuflan y mimetizan, están alerta, acechan, ambos para ver sin
ser vistos, uno para poder aproximarse, otro para poder escapar.
Los parásitos y patógenos lo tienen más fácil, pues su minúsculo
tamaño los hacen inicialmente indetectables. La
mayoría de las veces, pero no siempre, los sistemas de percepción
y discriminación de las víctimas, aunque sean sus sistemas
inmunitarios, acaban detectando al predador, al parásito o al patógeno,
tarde o temprano. Pero lo importante es que el 'tiempo de
reacción' de la víctima no pueda evitar el acceso y
devoramiento -en el caso de pos predadores- o la penetración en
el hospedador y al menos una fase reproductiva -en el caso de los
parásitos y patógenos- Una
vez las víctimas o los hospedadores han sido accedidos y
'penetrados', en ocasiones éstas son anestesiadas-paralizadas
poderosamente por sus dañadores, impidiéndoles de esta forma
cualquier reacción. Eso es lo que hace la araña con su víctima,
o las hormigas-reinas parásitas del genero Bothriomyrmex
con los hormigueros que
parasitan (en este ultimo caso, las reinas parásitas engañan
y subordinan a todo el hormiguero parasitado, tras frotarse
con las ferohormonas de la reina genuina, una vez ha sido
ésta matada). Resultar
invisible, no detectable, parecer lo que no es, parecer incluso un
amigo o un 'rey', hacernos trabajar para ellos, anestesiarnos la
percepción y la reacción a su peligro, o hacer que la reacción
sea demasiado tardía... son desde siempre las estrategias de
quienes nos destruyen, parásita y enferman. ¡No lo olvidemos!. Dr. Javier Martínez y Dra. Maria Jesús Clavera (aportaciones o consultas: marcla@elalmanaque.com) |